Las luces de la ciudad
se extendían debajo de ellos como resplandecientes diamantes sobre
un grueso paño negro. Para los ojos de muchos, eran simplemente
luces. Esta noche, para aquellos que sobrevuelan la ciudad, algunas
de las luces se volverían diamantes reales, listos para ser tomados.
Freya sujetó el auricular con su mano derecha y se sujetó al marco de la puerta del
helicóptero con la izquierda. El templado aire de la noche se deslizó a través de su melena cuando se inclinó hacia adelante para
tener una mejor visión de su destino. No le habían dicho que la
ciberpiloto de ahí delante no había acordado un plan de vuelo con
la gente de control de tráfico. Preguntó, por tercera vez en otros
tantos minutos, de qué se suponía que iba esta misión. Subitamente, el silencio fue interrumpido cuando el señor Face se inclinó
sobre su micrófono y encendió el intercomunicador.
"Ya casi estamos."
La grave voz llegó con todo el afecto del afilado metal. "No
quiero tropiezos. ¿Entendido? Estáis aquí debido a vuestra
reputación. Nada ostentoso. Freya y Griffin, vosotros sois puro
músculo. ¿Lo cogéis? "
"Sí, sí, sí. Te
he oído." Freya podía sentir cómo se revolvía su interior
con el pensamiento de trabajar con Griffin. Echó una mirada a su
"compañero" cuando el viraje repentino del helicóptero
bañó su pétrea cara de luz.
"Odio las
cuchillas." Refunfuñó bajo su respiración. Sabía que este
tío estaba prácticamente colgado. Sus ojos de cristal estaban fijos
mirando al frente, mientras sus manos estaban mortalmente quietas. Su
auricular chisporroteó.
"Vamos detrás de
tres chips de habilidad," continuó Face. "Están guardados
en el centro de estudios la corporación, en el cuarto piso. Cuando pasemos
la puerta, Freya y yo subiremos las escaleras. Griffin cubrirá la
recepción. Yo dirigiré el resto. Nada de ruido, ¿lo pilláis?"
Face se volvió y lanzó una mirada a Freya y a Griffin, pero ninguno se la
devolvió.
"Los chips son
míos, ¿entendido? Yo los cogeré. Vosotros estáis para dar
cobertura." Sonrió, tratando de romper la repentina tensión.
"Está chupado, chavales. Nada complicado." La ciberpiloto interrumpió el
intento de Face con el siseo de la estática.
"Abajo en dos,
vuelta en ocho, colegas. Estamos listos para el salto. Iniciando
aproximación final."
Tiempo para rezos en
silencio, o cantos o lo que sea que te lleve al final de una misión.
Freya se serenó, buscando la profunda calma interior que dirigiría
sus conjuros. La inclinación de los rotores cambió y su estómago
ascendió hasta su garganta.
"Eso es todo,
campistas," dijo la piloto en tono de burla. "O estáis de
vuelta en ocho o estáis solos."
Freya pestañeó y abrió
la puerta. Quedó impresionada con el estilo del piloto. Justo en el
centro de intersección. No exactamente una entrada sigilosa pero se
suponía que tenía que ser una fácil.
"Eso es,"
señaló Face. "Un rótulo de neón azul con las puertas
acrílicas de Armolite.¡Vamos!"
El cartel en la puerta
ponía Global Technology, pero Freya dudó de que la firma tuviera
algún negocio fuera de Seattle. Saltó del helicóptero cuando el
piloto disparó el motor. El ascenso de la nave pateó a Freya hacia
delante, empujándola por la puerta. Face y Griffin ya se estaban
moviendo cubriendo 15m en una marcha apresurada. Qué visión, el
suave y elegante gorila al lado del culebreante y pequeño
arreglador.
"Justo como la sala
de juntas, ¿eh Face?" apuñaló Freya.
El arreglador cuchicheó algo
por encima de su hombro, sin disminuir su paso. Esos chips
seguramente deban ser muy importantes si este tío quiere venir a la
incursión, musitó Freya. Me pregunto si sabré alguna vez qué
estoy robando.
En el momento en el que
Freya llegó a las dobles puertas, los dos hombres se habían
posicionado a cada lado. Face señaló el puesto de guardia. El
helicóptero había hecho mucho ruido, pero el uniforme de Lone Star
no parecía haberse dado cuenta.
" Si no es mucha
molestia, es el momento de ganarse la paga."
Se enojó mientras se
arremangaba. Algo sutil, pensó. Comenzó a despertar sus reservas
de energía, agitando sus manos como plumas en el viento. Comenzó a
juntarlas, los dedos aparentemente atados entre sí como nudos.
Finalmente, con una sacudida final de sus muñecas, las palmas
salieron disparadas, los dedos muy abiertos, justo cuando Griffin y
Face abrieron las puertas. Vio cómo la energía invisible corrió
hacia el guardia. Su conjuro tuvo su efecto instantáneamente. La
cabeza del guardia cayó hacia atrás, con sus ojos ya cerrados. Con
los brazos lacios, con su cabeza rebotando dos veces sobre el suelo
pulido de mármol. No profirió ningún sonido.
Face no parecía
impresionado.
"Estamos dentro,"
susurró a través de su microrreceptor.
Griffin fue el primero
que entró, como siempre. Apuntó una vez pasado el postrado guardia
y revisó el pasillo. Seguro. Face y Freya lo siguieron muy cerca.
Face fue directo al ascensor, golpeando los controles con un dedo
sudoroso. La puerta se deslizó abriéndose rápidamente. Freya y
Face saltaron dentro presionando el número 4 verde. Cuando el
ascensor inició su lenta subida, Freya pudo notar a Face sudar. El
olor de la expectación y el miedo era denso en un lugar tan cerrado.
"No estás
habituado a esto, ¿verdad Face?"
"Eso no te importa,
bruja." Pasó un dedo por el cuello de su camisa y comprobó su
reloj por enésima vez desde que empezó la incursión.
"Madre Bendita,
protégenos de los novatos," entonó hacia el techo,
y aparecieron pensamientos de su refugio elfo más tentadores que la excitación de
una misión.
Face le lanzó una
mirada rápida pero las puertas se abrieron y un joven tecnomante se
encontraba allí esperando.
"Tu te quedas
aquí," le dijo Face a Freya. "Vamos chico." Face
empujó al tecnomante hacia delante. Freya miró como corrían por el
pasillo. Se inclinó contra la puerta del ascensor evitando que se
cerrara.
La clave para tener
éxito en una misión como esta era estar preparado para cualquier
cosa en cualquier momento. Cualquier cosa. Así que el primer disparo
estallando por los pasillos no la cogió por sorpresa si no que la
empujó a la acción. Se separó del quicio cuando una puerta al
final del corredor se abrió volando. El joven tecnomante salió
despedido rebotando en la pared contraria y comenzó a patalear a
ciegas por el corredor.
A pesar de que su visión
estaba obstruida por el tecnomante que huía, justo pudo entrever a
Face, saliendo al pasillo, disparando su pistola contra algún
enemigo no visible. Freya se arremangó y agarró la L36 que guardaba
justo para estas situaciones. Parecía que se iba a ganar sus
neoyenes después de todo.
"¡Tírate al
suelo!" Saltó al pasillo, ligeramente agachada y agarrando la
pistola con ambas manos. Los ojos del tecnomante se abrieron como platos y se
zambulló sobre las baldosas, comenzando a deslizarse de tal manera
que Freya sabía que acabaría en sus piernas. Face se aplastó
contra el muro sin mirar a la maga.
Lanzó tres rápidos
tiros antes de que el chico se estrellara contra sus piernas. Aunque
pequeñas, las balas explosivas hicieron saltar enormes piezas de
yeso del muro y excavaron un agujero del tamaño de un puño en la
puerta.
Freya se dobló y rodó
hacia delante cuando el tecnomante golpeó sus espinillas,
flexionándose cuando Face llegó hasta ella.
"Tres polis de
alquiler de Knight Errant," resopló. "No sé que están
haciendo aquí." Miró acusadoramente al chico. Freya echó una
mirada a la puerta cerrada del ascensor.
"Coged las
escaleras," gritó. "Os daré 60 segundos, luego os seguiré
abajo." Se recostó contra el marco del ascensor, esperando que
le ofreciera algo de protección. Vio como Face cogía al chico del
cuello de la camisa y lo arrastraba hacia abajo por el corredor.
Después, Freya comenzó a preparar una pequeña sorpresa mágica
para su esperada visita.
Solo llevó unos pocos
segundos a que apareciera un perfil por la puerta. Pensó en disparar
una vez para atemorizarlo pero estaba demasiado ocupada. Cuando el
poli vio sus movimientos, su cabeza desapareció justo cuando ella
finalizaba el conjuro. Pasó un momento y Freya comenzó a considerar
sus opciones.
Entonces, dos polis
salieron al pasillo. Uno se acercó agachado, el otro muy pegado a la
pared contraria. Ambos llevaban las armas arriba, preparadas. Eran
buenos y trabajaban bien en equipo.
"Pasillo limpio,
Sargento," gritó el poli agachado.
Freya continuó su suave
y susurrado canto cuando se apartó del ascensor y comenzó a
retroceder.
"Copiado, Barnes.
¿Thomas? Tenemos a tres en el hueco de la escalera bajando a toda
hostia. ¿Thomas?"
Freya estaba a dos
metros de la puerta cuando el Sargento enano giró la esquina,
hablando todavía por su micro.
"Thom...¡Mago en
el pasillo! ¡Fuego a discreción!"
Freya se giró y corrió
hacia la puerta llegando al pomo cuando la lluvia de balas impactó a
su alrededor.
"Me cago en su
visión térmica," se maldijo cuando la puerta se desplomó bajo
su peso. Salió justo cuando el sargento hizo su único disparo.
La bala de 9mm perforó
su hombro y la lanzó contra la barandilla. Pudo sentir como empezaba
a perder el equilibrio y por un momento amenazó con arrojarla por el
borde. Soltó su Colt y se agarró a la barra con su mano buena.
Entonces le invadió el dolor. Escuchó al Colt rebotar contra los
escalones de metal pero su atención estaba fija en la puerta que se
cerraba lentamente. Las balas pararon por un momento pero Freya podía
escuchar al Enano corriendo a toda velocidad por el pasillo, sus
pesadas botas golpeando el suelo.
"Esta vez no,
pequeñín." Los pálidos y blanquecinos dedos de Freya bailaron
hacia el corredor y una hoja de chisporroteante energía reforzó la
puerta.
Con un bufido, el
sargento golpeó la puerta. Esperando poca resistencia por su parte,
el Enano no estaba preparado cuando lanzó su peso contra el conjuro
de muro. Se aplastó contra la barrera con un agudo crujido que Freya
supuso que era cartílago. Los hombres del Enano se pararon un
momento y luego comenzaron a disparar a la pared mágica. Fatigada
por el conjuro y la herida de bala, Freya continuó su canto
mientras se recostaba contra el muro. Las balas masticaban la puerta
y su barrera mágica pero de momento estaba a salvo. Podía sentir la
revuelta oleada de nausea que la bañaba.
En el fondo de su mente,
sabía que la barrera le había costado muy cara. Todavía cantando,
puso una mano sobre su hombro.
Continuó cantando en
silencio, recordando las horas de entrenamiento que tuvo para
aprender esta habilidad. Por primera vez en su vida, estaba feliz por
el tiempo extra que se había obligado a estudiar. Bajando con
cuidado los escalones, consiguió llegar al tercer piso. Su Colt la
estaba esperando. Decidió cambiar el cargador mientras seguía
adelante. Cuando llegó al segundo piso tenía que usar las paredes
para apoyarse. Dejó una brillante mancha roja a los polis como
rastro pero se imaginó que ya sabía hacia donde se dirigía.
Freya se deslizó por el
muro hasta el primer piso donde Face estaba echando un vistazo a
través de un agujero en la puerta. El tecnomante estaba golpeando
silenciosamente la pared con su cabeza, esperando impacientemente.
"¿Dónde has
estado? ¿Qué ha ocurrido?"
Freya paró de cantar y
miró al arreglador con desagrado.
"¿No eres muy
listo, verdad Face? ¿Qué crees tú que ha pasado? Los polis del
cuarto tenía una pequeña práctica de tiro. Están bajando. Bueno,
dos de ellos."
"Creo que voy a
vomitar." La observación no solicitada llamó la atención de
Freya que regaló al tecnomante una mirada molesta. Consideró que
era posible ya que se le veía peor que a ella. Teniendo en cuenta
que no podía probarlo sin un espejo.
"Griffin cogió a
dos," dijo Face, "pero uno tiene cubiertos el pasillo y la
recepción. No hay posibilidad de llegar a la puerta con él ahí.
Freya consideró las
opciones pero el sonido de las fuertes pisadas que bajaban la
apresuraron en tomar una decisión.
"Es nuestra última
oportunidad, Face. Haz que tu ciberpiloto baje rápido. Yo me encargo
del que se esconde en el pasillo." Freya empujó a Face en su
camino hacia la recepción. Pudo ver a Griffin apoyado contra la
pared a un lado del arco del corredor. Estaba sonriendo.
"Cree que está en
el momento de su vida." Vio dos guardias muertos cerca del
pasillo. "Odio a ese tío." Griffin levantó un dedo hacia
la Elfa y sin decir palabra señaló al pasillo. Freya asintió con
impaciencia.
"Una última vez,"
se prometió a si misma. Tensando las piernas se separó del muro.
"¡Ahora!"
Freya impulsó su mano en dirección al pasillo. Energía arcana
chisporroteó saliendo despedida de su mano. Griffin se apartó del
muro empujándose con el hombro y corrió hacia la puerta de delante.
Detrás de ella podía escuchar la puerta de la escalera abriéndose
de golpe cuando Face y el tecnomante salieron disparados de su
cobertura.
La energía anegó el
recibidor cubriendo la entrada con una lámina de fuego eléctrico.
Freya dio un paso hacia la puerta pero se encontró con que sus pies
no iba a continuar. Cayó pesadamente, apenas agarrándose al borde
de la mesa de la recepción. Débilmente, intentó dar otro paso y vio
que se difícilmente se podía mover. La presión dentro de su cabeza
era casi insoportable. Luchó duramente para continuar su cántico e
intentó alcanzar la puerta.
Una eternidad más tarde
se estrelló contra las puertas. El aire fresco punzó sus sentidos
mientras luchaba por recuperar el sentido. Tragó saliva ante la
sorpresa de la intensa luz que venía de la calle. En la distancia,
podía escuchar al helicóptero.
Con lágrimas en los
ojos, miró pasmada hacia la luz. El ciberpiloto giró la luz a un
lado y Freya pudo ver de nuevo. El Airstair descansaba ligeramente
sobre el suelo cuando Face y el tecnomante subieron a bordo, las
palas del rotor fueron acelerando. Griffin, sin duda, ya estaba con
el cinturón puesto. Freya miró estupefacta hacia delante,
recostándose pesadamente sobre una furgoneta aparcada en la calle.
Se paró para recuperar el aliento y miró al helicóptero que
esperaba. Sus ojos confirmaron lo que sus oídos le habían intentado
decir.
Face instaba al
helicóptero a que despegara. Ya fuera que el ciberpiloto no supiera
que Freya estaba todavía en tierra o que no le importara. Freya se
lanzó hacia el helicóptero pero se dio cuenta de que nunca llegaría
a él. Reuniendo fuerzas que no sabía que tuviera, comenzó a
trotar. Justo cuando pensaba que lo conseguiría el ciberpiloto se
alzó en el aire. Freya continuó su trote mirando hacia la
portezuela donde estaba Face. Él le sonrió y le dijo adiós con la
mano. Los guardias salieron de Global disparando. Se agachó mientras
corría esquivando entre las filas de coches.
"No se ha acabado,
Face. Ahora eres mío. ¿Me oyes? Eres mío." Freya invocó sus
últimas fuerzas cogió su ritmo. Pasó directamente por debajo del
helicóptero y se dirigió hacia una hilera de contenedores en la
parte contraria al edificio de Global. Apresuradamente, se dejó caer
en el más cercano y cerró la tapa. Con suerte, pensó, el
helicóptero y los coches la esconderían de la vista de los
guardias. Luego, Face, será entre tu y yo.
Apartó la tapa lo
suficiente para ver la calle. Los polis de alquiler disparaban
repetidamente hacia el helicóptero que partía. No parecían
interesados en ella. Agradecidamente, se hundió recostada en la
basura.
"Un par de horas,"
se susurró a sí misma. "Deja que las cosas se enfríen. Haz
que te miren este hombro. Todavía tengo una buena reputación con el
Dr. Bob. Luego, Face, iré a buscar mi parte. Con intereses."
Esta es la traducción de un relato que aparece en la próxima aventura que voy a traducir. No sé cuanto tiempo me llevará pero al final, estará colgada. Hasta luego!