miércoles, 13 de noviembre de 2013

DESTROZADA: UN PRÓLOGO

Las luces de la ciudad se extendían debajo de ellos como resplandecientes diamantes sobre un grueso paño negro. Para los ojos de muchos, eran simplemente luces. Esta noche, para aquellos que sobrevuelan la ciudad, algunas de las luces se volverían diamantes reales, listos para ser tomados.
Freya sujetó el auricular con su mano derecha y se sujetó al marco de la puerta del helicóptero con la izquierda. El templado aire de la noche se deslizó a través de su melena cuando se inclinó hacia adelante para tener una mejor visión de su destino. No le habían dicho que la ciberpiloto de ahí delante no había acordado un plan de vuelo con la gente de control de tráfico. Preguntó, por tercera vez en otros tantos minutos, de qué se suponía que iba esta misión. Subitamente, el silencio fue interrumpido cuando el señor Face se inclinó sobre su micrófono y encendió el intercomunicador.
"Ya casi estamos." La grave voz llegó con todo el afecto del afilado metal. "No quiero tropiezos. ¿Entendido? Estáis aquí debido a vuestra reputación. Nada ostentoso. Freya y Griffin, vosotros sois puro músculo. ¿Lo cogéis? "
"Sí, sí, sí. Te he oído." Freya podía sentir cómo se revolvía su interior con el pensamiento de trabajar con Griffin. Echó una mirada a su "compañero" cuando el viraje repentino del helicóptero bañó su pétrea cara de luz.
"Odio las cuchillas." Refunfuñó bajo su respiración. Sabía que este tío estaba prácticamente colgado. Sus ojos de cristal estaban fijos mirando al frente, mientras sus manos estaban mortalmente quietas. Su auricular chisporroteó.
"Vamos detrás de tres chips de habilidad," continuó Face. "Están guardados en el centro de estudios la corporación, en el cuarto piso. Cuando pasemos la puerta, Freya y yo subiremos las escaleras. Griffin cubrirá la recepción. Yo dirigiré el resto. Nada de ruido, ¿lo pilláis?" Face se volvió y lanzó una mirada a Freya y a Griffin, pero ninguno se la devolvió.
"Los chips son míos, ¿entendido? Yo los cogeré. Vosotros estáis para dar cobertura." Sonrió, tratando de romper la repentina tensión.
"Está chupado, chavales. Nada complicado." La ciberpiloto interrumpió el intento de Face con el siseo de la estática.
"Abajo en dos, vuelta en ocho, colegas. Estamos listos para el salto. Iniciando aproximación final."
Tiempo para rezos en silencio, o cantos o lo que sea que te lleve al final de una misión. Freya se serenó, buscando la profunda calma interior que dirigiría sus conjuros. La inclinación de los rotores cambió y su estómago ascendió hasta su garganta.
"Eso es todo, campistas," dijo la piloto en tono de burla. "O estáis de vuelta en ocho o estáis solos."
Freya pestañeó y abrió la puerta. Quedó impresionada con el estilo del piloto. Justo en el centro de intersección. No exactamente una entrada sigilosa pero se suponía que tenía que ser una fácil.
"Eso es," señaló Face. "Un rótulo de neón azul con las puertas acrílicas de Armolite.¡Vamos!"
El cartel en la puerta ponía Global Technology, pero Freya dudó de que la firma tuviera algún negocio fuera de Seattle. Saltó del helicóptero cuando el piloto disparó el motor. El ascenso de la nave pateó a Freya hacia delante, empujándola por la puerta. Face y Griffin ya se estaban moviendo cubriendo 15m en una marcha apresurada. Qué visión, el suave y elegante gorila al lado del culebreante y pequeño arreglador.
"Justo como la sala de juntas, ¿eh Face?" apuñaló Freya.
El arreglador cuchicheó algo por encima de su hombro, sin disminuir su paso. Esos chips seguramente deban ser muy importantes si este tío quiere venir a la incursión, musitó Freya. Me pregunto si sabré alguna vez qué estoy robando.
En el momento en el que Freya llegó a las dobles puertas, los dos hombres se habían posicionado a cada lado. Face señaló el puesto de guardia. El helicóptero había hecho mucho ruido, pero el uniforme de Lone Star no parecía haberse dado cuenta.
" Si no es mucha molestia, es el momento de ganarse la paga."
Se enojó mientras se arremangaba. Algo sutil, pensó. Comenzó a despertar sus reservas de energía, agitando sus manos como plumas en el viento. Comenzó a juntarlas, los dedos aparentemente atados entre sí como nudos. Finalmente, con una sacudida final de sus muñecas, las palmas salieron disparadas, los dedos muy abiertos, justo cuando Griffin y Face abrieron las puertas. Vio cómo la energía invisible corrió hacia el guardia. Su conjuro tuvo su efecto instantáneamente. La cabeza del guardia cayó hacia atrás, con sus ojos ya cerrados. Con los brazos lacios, con su cabeza rebotando dos veces sobre el suelo pulido de mármol. No profirió ningún sonido.
Face no parecía impresionado.
"Estamos dentro," susurró a través de su microrreceptor.
Griffin fue el primero que entró, como siempre. Apuntó una vez pasado el postrado guardia y revisó el pasillo. Seguro. Face y Freya lo siguieron muy cerca. Face fue directo al ascensor, golpeando los controles con un dedo sudoroso. La puerta se deslizó abriéndose rápidamente. Freya y Face saltaron dentro presionando el número 4 verde. Cuando el ascensor inició su lenta subida, Freya pudo notar a Face sudar. El olor de la expectación y el miedo era denso en un lugar tan cerrado.
"No estás habituado a esto, ¿verdad Face?"
"Eso no te importa, bruja." Pasó un dedo por el cuello de su camisa y comprobó su reloj por enésima vez desde que empezó la incursión.
"Madre Bendita, protégenos de los novatos," entonó hacia el techo, y aparecieron pensamientos de su refugio elfo más tentadores que la excitación de una misión.
Face le lanzó una mirada rápida pero las puertas se abrieron y un joven tecnomante se encontraba allí esperando.
"Tu te quedas aquí," le dijo Face a Freya. "Vamos chico." Face empujó al tecnomante hacia delante. Freya miró como corrían por el pasillo. Se inclinó contra la puerta del ascensor evitando que se cerrara.
La clave para tener éxito en una misión como esta era estar preparado para cualquier cosa en cualquier momento. Cualquier cosa. Así que el primer disparo estallando por los pasillos no la cogió por sorpresa si no que la empujó a la acción. Se separó del quicio cuando una puerta al final del corredor se abrió volando. El joven tecnomante salió despedido rebotando en la pared contraria y comenzó a patalear a ciegas por el corredor.
A pesar de que su visión estaba obstruida por el tecnomante que huía, justo pudo entrever a Face, saliendo al pasillo, disparando su pistola contra algún enemigo no visible. Freya se arremangó y agarró la L36 que guardaba justo para estas situaciones. Parecía que se iba a ganar sus neoyenes después de todo.
"¡Tírate al suelo!" Saltó al pasillo, ligeramente agachada y agarrando la pistola con ambas manos. Los ojos del tecnomante se abrieron como platos y se zambulló sobre las baldosas, comenzando a deslizarse de tal manera que Freya sabía que acabaría en sus piernas. Face se aplastó contra el muro sin mirar a la maga.
Lanzó tres rápidos tiros antes de que el chico se estrellara contra sus piernas. Aunque pequeñas, las balas explosivas hicieron saltar enormes piezas de yeso del muro y excavaron un agujero del tamaño de un puño en la puerta.
Freya se dobló y rodó hacia delante cuando el tecnomante golpeó sus espinillas, flexionándose cuando Face llegó hasta ella.
"Tres polis de alquiler de Knight Errant," resopló. "No sé que están haciendo aquí." Miró acusadoramente al chico. Freya echó una mirada a la puerta cerrada del ascensor.
"Coged las escaleras," gritó. "Os daré 60 segundos, luego os seguiré abajo." Se recostó contra el marco del ascensor, esperando que le ofreciera algo de protección. Vio como Face cogía al chico del cuello de la camisa y lo arrastraba hacia abajo por el corredor. Después, Freya comenzó a preparar una pequeña sorpresa mágica para su esperada visita.
Solo llevó unos pocos segundos a que apareciera un perfil por la puerta. Pensó en disparar una vez para atemorizarlo pero estaba demasiado ocupada. Cuando el poli vio sus movimientos, su cabeza desapareció justo cuando ella finalizaba el conjuro. Pasó un momento y Freya comenzó a considerar sus opciones.
Entonces, dos polis salieron al pasillo. Uno se acercó agachado, el otro muy pegado a la pared contraria. Ambos llevaban las armas arriba, preparadas. Eran buenos y trabajaban bien en equipo.
"Pasillo limpio, Sargento," gritó el poli agachado.
Freya continuó su suave y susurrado canto cuando se apartó del ascensor y comenzó a retroceder.
"Copiado, Barnes. ¿Thomas? Tenemos a tres en el hueco de la escalera bajando a toda hostia. ¿Thomas?"
Freya estaba a dos metros de la puerta cuando el Sargento enano giró la esquina, hablando todavía por su micro.
"Thom...¡Mago en el pasillo! ¡Fuego a discreción!"
Freya se giró y corrió hacia la puerta llegando al pomo cuando la lluvia de balas impactó a su alrededor.
"Me cago en su visión térmica," se maldijo cuando la puerta se desplomó bajo su peso. Salió justo cuando el sargento hizo su único disparo.
La bala de 9mm perforó su hombro y la lanzó contra la barandilla. Pudo sentir como empezaba a perder el equilibrio y por un momento amenazó con arrojarla por el borde. Soltó su Colt y se agarró a la barra con su mano buena. Entonces le invadió el dolor. Escuchó al Colt rebotar contra los escalones de metal pero su atención estaba fija en la puerta que se cerraba lentamente. Las balas pararon por un momento pero Freya podía escuchar al Enano corriendo a toda velocidad por el pasillo, sus pesadas botas golpeando el suelo.
"Esta vez no, pequeñín." Los pálidos y blanquecinos dedos de Freya bailaron hacia el corredor y una hoja de chisporroteante energía reforzó la puerta.
Con un bufido, el sargento golpeó la puerta. Esperando poca resistencia por su parte, el Enano no estaba preparado cuando lanzó su peso contra el conjuro de muro. Se aplastó contra la barrera con un agudo crujido que Freya supuso que era cartílago. Los hombres del Enano se pararon un momento y luego comenzaron a disparar a la pared mágica. Fatigada por el conjuro y la herida de bala, Freya continuó su canto mientras se recostaba contra el muro. Las balas masticaban la puerta y su barrera mágica pero de momento estaba a salvo. Podía sentir la revuelta oleada de nausea que la bañaba.
En el fondo de su mente, sabía que la barrera le había costado muy cara. Todavía cantando, puso una mano sobre su hombro.
Continuó cantando en silencio, recordando las horas de entrenamiento que tuvo para aprender esta habilidad. Por primera vez en su vida, estaba feliz por el tiempo extra que se había obligado a estudiar. Bajando con cuidado los escalones, consiguió llegar al tercer piso. Su Colt la estaba esperando. Decidió cambiar el cargador mientras seguía adelante. Cuando llegó al segundo piso tenía que usar las paredes para apoyarse. Dejó una brillante mancha roja a los polis como rastro pero se imaginó que ya sabía hacia donde se dirigía.
Freya se deslizó por el muro hasta el primer piso donde Face estaba echando un vistazo a través de un agujero en la puerta. El tecnomante estaba golpeando silenciosamente la pared con su cabeza, esperando impacientemente.
"¿Dónde has estado? ¿Qué ha ocurrido?"
Freya paró de cantar y miró al arreglador con desagrado.
"¿No eres muy listo, verdad Face? ¿Qué crees tú que ha pasado? Los polis del cuarto tenía una pequeña práctica de tiro. Están bajando. Bueno, dos de ellos."
"Creo que voy a vomitar." La observación no solicitada llamó la atención de Freya que regaló al tecnomante una mirada molesta. Consideró que era posible ya que se le veía peor que a ella. Teniendo en cuenta que no podía probarlo sin un espejo.
"Griffin cogió a dos," dijo Face, "pero uno tiene cubiertos el pasillo y la recepción. No hay posibilidad de llegar a la puerta con él ahí.
Freya consideró las opciones pero el sonido de las fuertes pisadas que bajaban la apresuraron en tomar una decisión.
"Es nuestra última oportunidad, Face. Haz que tu ciberpiloto baje rápido. Yo me encargo del que se esconde en el pasillo." Freya empujó a Face en su camino hacia la recepción. Pudo ver a Griffin apoyado contra la pared a un lado del arco del corredor. Estaba sonriendo.
"Cree que está en el momento de su vida." Vio dos guardias muertos cerca del pasillo. "Odio a ese tío." Griffin levantó un dedo hacia la Elfa y sin decir palabra señaló al pasillo. Freya asintió con impaciencia.
"Una última vez," se prometió a si misma. Tensando las piernas se separó del muro.
"¡Ahora!" Freya impulsó su mano en dirección al pasillo. Energía arcana chisporroteó saliendo despedida de su mano. Griffin se apartó del muro empujándose con el hombro y corrió hacia la puerta de delante. Detrás de ella podía escuchar la puerta de la escalera abriéndose de golpe cuando Face y el tecnomante salieron disparados de su cobertura.
La energía anegó el recibidor cubriendo la entrada con una lámina de fuego eléctrico. Freya dio un paso hacia la puerta pero se encontró con que sus pies no iba a continuar. Cayó pesadamente, apenas agarrándose al borde de la mesa de la recepción. Débilmente, intentó dar otro paso y vio que se difícilmente se podía mover. La presión dentro de su cabeza era casi insoportable. Luchó duramente para continuar su cántico e intentó alcanzar la puerta.
Una eternidad más tarde se estrelló contra las puertas. El aire fresco punzó sus sentidos mientras luchaba por recuperar el sentido. Tragó saliva ante la sorpresa de la intensa luz que venía de la calle. En la distancia, podía escuchar al helicóptero.
Con lágrimas en los ojos, miró pasmada hacia la luz. El ciberpiloto giró la luz a un lado y Freya pudo ver de nuevo. El Airstair descansaba ligeramente sobre el suelo cuando Face y el tecnomante subieron a bordo, las palas del rotor fueron acelerando. Griffin, sin duda, ya estaba con el cinturón puesto. Freya miró estupefacta hacia delante, recostándose pesadamente sobre una furgoneta aparcada en la calle. Se paró para recuperar el aliento y miró al helicóptero que esperaba. Sus ojos confirmaron lo que sus oídos le habían intentado decir.
Face instaba al helicóptero a que despegara. Ya fuera que el ciberpiloto no supiera que Freya estaba todavía en tierra o que no le importara. Freya se lanzó hacia el helicóptero pero se dio cuenta de que nunca llegaría a él. Reuniendo fuerzas que no sabía que tuviera, comenzó a trotar. Justo cuando pensaba que lo conseguiría el ciberpiloto se alzó en el aire. Freya continuó su trote mirando hacia la portezuela donde estaba Face. Él le sonrió y le dijo adiós con la mano. Los guardias salieron de Global disparando. Se agachó mientras corría esquivando entre las filas de coches.
"No se ha acabado, Face. Ahora eres mío. ¿Me oyes? Eres mío." Freya invocó sus últimas fuerzas cogió su ritmo. Pasó directamente por debajo del helicóptero y se dirigió hacia una hilera de contenedores en la parte contraria al edificio de Global. Apresuradamente, se dejó caer en el más cercano y cerró la tapa. Con suerte, pensó, el helicóptero y los coches la esconderían de la vista de los guardias. Luego, Face, será entre tu y yo.
Apartó la tapa lo suficiente para ver la calle. Los polis de alquiler disparaban repetidamente hacia el helicóptero que partía. No parecían interesados en ella. Agradecidamente, se hundió recostada en la basura.
"Un par de horas," se susurró a sí misma. "Deja que las cosas se enfríen. Haz que te miren este hombro. Todavía tengo una buena reputación con el Dr. Bob. Luego, Face, iré a buscar mi parte. Con intereses."


Esta es la traducción de un relato que aparece en la próxima aventura que voy a traducir. No sé cuanto tiempo me llevará pero al final, estará colgada. Hasta luego!

No hay comentarios:

Publicar un comentario